Hasta la fecha, varios estudios han demostrado el efecto de la tDCS en diferentes capacidades o habilidades deportivas, como la fuerza, el equilibrio, el tiempo de reacción o la resistencia a la fatiga. Pero son escasos los estudios que se centran sobre un gesto deportivo completo, debido a la complejidad del propio deporte, tanto por la coordinación como por las variables que influyen en su correcta ejecución. Éste fue el objetivo del estudio realizado en el grupo de investigación en el que trabajaba la Facultad de Ciencias del Deporte de la Universidad de A Coruña. Así, por ejemplo, encontramos que la tDCS no mejoraba el aprendizaje del putting de golf en personas que eran totalmente inexpertas en este movimiento. Pensamos que la razón principal es que existen multitud de variables que influyen a la hora de este aprendizaje y con la tDCS de la que disponíamos, sólo podíamos estimular un área cerebral al mismo tiempo. Hoy en día existen dispositivos que permiten estimular varias áreas simultáneamente con lo que se podría influir a la vez sobre la atención, la planificación del movimiento, la fuerza...
Por otro lado, queríamos comprobar qué pasaría si se repitiese el mismo experimento con jugadores profesionales, que ya tienen el gesto totalmente interiorizado. Además, hay muchos otros gestos deportivos que pueden ser más susceptibles de mejora con esta técnica. Queda todavía mucho campo de investigación para comprobar el verdadero potencial que esta herramienta puede tener en el terreno deportivo. Sin embargo, no debemos descuidar los efectos negativos que acarrea. En una reciente carta publicada en Annals of Neurology, los autores advierten de varios aspectos a tener en cuenta a la hora de la estimulación, debido a la creciente moda en EEUU de administrársela uno mismo. Entre ellas, la estimulación afecta a más áreas del cerebro de las que el usuario puede pensar, interactúa con las actividades que están teniendo lugar al mismo tiempo, puede producir modificaciones que se prolongarían en el tiempo más de lo deseado, la mejora de algunas capacidades puede producirse a costa de otras, los efectos de la tDCS son muy diferentes de una persona a otra, el balance riesgo/beneficio en personas sanas podría no merecer la pena. Por último, me preocupa el posible uso de esta técnica en niños, cuyo sistema nervioso está en pleno desarrollo.