El referéndum sobre los refugiados que este domingo se celebrará en Hungría despierta inquietud y miedo en la comunidad musulmana del país. En la consulta, impulsada por el Gobierno de Víctor Orban, los húngaros dirán si quieren o no que la Unión Europea decida, sin consultar a su Parlamento, sobre el asentamiento de refugiados en Hungría.

“Se podría pensar que esta campaña es contra los inmigrantes, pero en realidad se trata de una campaña encubierta contra el Islam y así lo entiende la gente, ya que la mayoría de los refugiados son musulmanes. La comunidad musulmana de Hungría se inquieta por las consecuencias de esto”, afirma Tayseer Saleh, imán de la mezquita Darusallam de Budapest.

Amnistía Internacional ha denunciado una campaña “tóxica”, en la que el Gobierno y la ultraderecha han apelado al miedo y han criminalizado a los refugiados, a los que han vinculado con el terrorismo y el islamismo radical.

“Estoy empezando a sentirme repudiada en mi propio país se lamenta una mujer musulmana. Me considero una buena húngara, pero cuando a la gente, que es tan impresionable, es acosada con ese tipo de propaganda, a menudo empieza a hacerse preguntas”.

Se espera una victoria rotunda del “no” al sistema comunitario de reubicación de refugiados, pero varias encuestas apuntan a que la consulta quedará invalidada por una participación inferior al cincuenta por ciento.