Las urnas han dado la espalda a los partidos tradicionales en las elecciones legislativas que ha celebrado Marruecos. El Partido Justicia y Desarrollo (PJD) ha sido el más votado y ha obtenido 125 de los 395 escaños del parlamento. La formación laica Partido Autenticidad y Modernidad (PAM), fundada por un consejero del rey Mohamed VI, ocupa la segunda plaza con 102 diputados. El histórico Istiqlal tan solo ha conseguido 46 asientos y la izquierda se ha hundido al sumar poco más de 32 escaños.
– “No hay una alternativa mejor (que los islamistas)”, explicaba un guía turístico en Rabat. “La gente ha vuelto a confiar en ellos. Esperamos que lo hagan mucho mejor que en los últimos cinco años.”
– “Lo único que han hecho es vaciar los bolsillos de los marroquíes”, se quejaba una profesora. “La vida se ha vuelto muy cara. No podemos seguir así. Con los otros no pasaba esto”.
Como manda la Constitución, el rey deberá encargar la formación del Gobierno al partido más votado, que no las tiene todas consigo:
– “Probablemente tendrán que pactar una coalición con 6 partidos diferentes”, especulaba un ciudadano. “No sé, podríamos terminar celebrando nuevas elecciones en algún momento dentro de unos meses”.
La participación en las elecciones apenas ha alcanzado el 43%, 2 puntos por debajo de la de los comicios de 2011. La abstención ha sido especialmente alta entre los jóvenes de las grandes ciudades.