La isla Sur de Nueva Zelanda ha sufrido la sacudida de un terremoto de enorme magnitud: 7,8 grados en la escala de Richter, que ha dejado al menos dos muertos e importantes daños materiales. No se descarta que haya más víctimas porque hay problemas de comunicación con algunas de las zonas afectadas. Hay carreteras dañadas y se han producido cortes eléctricos.

“En cada esquina los daños son mayores”, dice este tweet de un cameraman local.

Every corner brings bigger damage #eqnz #BREAKING pic.twitter.com/5oW426zJSA— Henry McMullan (@HenryMcMullan) 13 November 2016

It’s getting worse #eqnz #newshub pic.twitter.com/ftmJeNVk8T— Henry McMullan (@HenryMcMullan) 13 November 2016

El seísmo estuvo seguido de fuertes réplicas, algunas de hasta 6 grados, y de un aviso de tsunami que llevó a evacuar a la población de zonas costeras, sobre todo, en el noreste de la isla Sur. Finalmente, como explicó el primer ministro John Key, el aviso de tsunami fue sustituido por una alerta en el litoral. “Pero instamos a la gente a seguir siendo prudente”, dijo.

Las alarmas de tsunami retumbaron en Christchurch, donde el terremoto se sintió con mucha fuerza. El epicentro se situó 90 kilómetros al norte de esta ciudad, víctima en 2011 de un devastador seísmo que dejó 185 muertos.