Erika y Eva compartían hígado, vejiga, parte del sistema digestivo y piernas. Ahora, las pequeñas han sido separadas con éxito en California, EE.UU.
Un equipo de 50 profesionales trabajó durante 17 horas en la separación de las siamesas. Afortunadamente, cada una se recupera en una cama independiente, pero compartiendo habitación con su “inseparable” hermanita.