El Gobierno sirio ha permitido el retorno de algunos civiles a la histórica ciudadela de Alepo por primera vez en cuatro años tras el avance del Ejército y sus aliados frente a la resistencia rebelde en la ciudad. Algunos de ellos se sacaban fotografías entre ruinas de edificios y vehículos, otros lamentaban la destrucción del lugar. Mientras tanto miles de personas siguen bloqueadas en algunos barrios del este de Alepo.

“Tenía miedo de venir, pero me animaron y me trajeron aquí”, dice una ciudadana.
Preguntada sobre qué había cambiado en comparación con antes, la mujer expresa que “no lo sé, porque no hay nada, todo está destruido. Si no estuviera el Ejército aquí, yo también estaría por los suelos.”

Por el momento el Gobierno y los insurgentes siguen negociando para que se reanude la evacuación, suspendida este viernes.
Según la televisión estatal, la principal condición es la salida de los residentes de los pueblos de mayoría chií de Fua y Kefraya.

8.000 personas se fueron del este de Alepo desde que comenzó la evacuación, el jueves por la mañana, hasta que se suspendió.