Madrid, 24 dic (EFE).- Felipe VI ha abogado hoy por una España de "brazos abiertos y manos tendidas" en la que la convivencia democrática esté basada "en el respeto a la ley", en la unión y en una voluntad decidida y leal de construir y no de destruir", al sostener que no es tiempo para "fracturas, ni divisiones internas".
En su tradicional discurso de Navidad, esta vez desde su despacho en el Palacio de la Zarzuela, el Rey ha pedido a los partidos buscar "el diálogo y el entendimiento" para "preservar e impulsar los consensos básicos" una vez superada la "compleja situación política" que generaron los diez meses de bloqueo de la investidura.
Deshecho el nudo de la formación de gobierno, don Felipe ha centrado buena parte de su alocución en defender la convivencia en común y en "profundizar en una España de brazos abiertos y manos tendidas, donde nadie agite viejos rencores o abra heridas cerradas".
En el contexto del debate soberanista catalán y de la aspiración de los partidos independentistas de celebrar una consulta en 2017, ha remarcado que no son tiempos "para fracturas, para divisiones internas, sino para poner el acento en aquello que nos une, construyendo sobre nuestra diversidad".
Sin mencionar la palabra Cataluña, el jefe de Estado ha hecho hincapié en que "no son admisibles ni actitudes, ni comportamientos que ignoren o desprecien los derechos que tienen y que comparten todos los españoles para la organización de la vida en común".
A su juicio, "vulnerar las normas que garantizan la democracia y libertad solo lleva, primero, a tensiones y enfrentamientos estériles que no resuelven nada y, luego, al empobrecimiento moral y material de la sociedad".
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