La decisión del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, de eliminar la directriz ‘pies mojados, pies secos’ ha sido aplaudida por el Gobierno de Cuba.

Según La Habana, se busca así garantizar una migración regular, segura y ordenada, al tiempo que se da un paso adecuado en el camino hacia la normalización de las relaciones bilaterales.

Mientras, aún está por conocer la cifra exacta de ciudadanos de la isla que permanecen en terceros países —que tenían la intención de acogerse a la ahora desaparecida regulación— y que se encontrarían en estos momentos en un limbo migratorio. Los Gobiernos de los países involucrados en el trasiego irregular de cubanos hacia EE.UU. han reaccionado también de manera positiva al acuerdo entre ambas naciones.

En esta nueva edición de Enfoque debatimos sobre las consecuencias de la derogación de la directriz ‘pies secos, pies mojados’, así como del programa de parole para profesionales médicos cubanos.

Analizaremos también el estado actual de las relaciones entre los Gobiernos de Cuba y Estados Unidos y las expectativas que genera la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.

Para Juan Antonio Aguilar, periodista y director de elespiadigital.com, la eliminación de este acápite legislativo “es lógica dentro de un intento de normalizar relaciones, en el fondo no era más que una medida agresiva”.

Gregorio Benito, miembro de la Asociación de amistad Hispano-Cubana Bartolomé de las Casas, considera que “era una media impuesta por los EE.UU. y su derogación es una victoria del Gobierno cubano”.

Rocío Monasterio, analista político, destaca que “Obama está siendo cómplice de Raúl Castro, y los cubanos salen de Cuba porque hay un régimen opresor y contrario a la libertad”.

Ernesto Gutiérrez Tamargo, abogado y miembro de la Asociación Cubano-Española de Derecho, cree que “el cubano busca una manera de progresar y prosperar porque en Cuba no puede hacerlo”.