Otro motín en una prisión brasileña. Decenas de reclusos han conseguido escapar de la cárcel de Baurú, en el estado de Sao Paulo, aprovechando el caos provocado por una protesta de los presos contra la disciplina y la superpoblación en el centro. Esta vez no ha habido muertos ni enfrentamientos, pero este motín vuelve a ser reflejo de la profunda crisis en las prisiones brasileñas.
En Natal, en el noreste de Brasil, los reclusos controlan la prisión de Alcaçuz desde hace 11 días. Dentro ya han sido asesinadas al menos 26 personas. La lucha entre grupos criminales se extiende como la pólvora por los penales del país. Desde comienzos de año ya ha costado la vida a más de 130 reclusos. En Alcaçuz, la policía ha construido una barrera de contenedores con la intención de separar a los clanes, que llegaron a protagonizar una auténtica batalla campal.