Durante una hora, los presidentes Donald Trump y Enrique Peña Nieto han mantenido una conversación telefónica que han calificado como “constructiva y productiva”.

Un paso atrás en la escalada de la tensión vivida esta semana, en la que la oposición y los empresarios mexicanos han cerrado filas ante la embestida del nuevo presidente estadounidense. “Yo no soy catastrófico.Yo pienso, dicho de una manera muy cinematográfica, que Trump no es Terminator, es Negociator. Es un negociador”, afirmaba el magnate mexicano, Carlos Slim.

A pesar de este tímido acercamiento, las diferencias sobre la financiación del polémico muro se mantienen.

Trump insiste en que México debe pagar la factura y ha propuesto imponer una tasa del 20% a todos los productos mexicanos importados. “Como ustedes saben, México negoció mucho mejor que Estados Unidos, lo que nos ha hecho polvo gracias a nuestros líderes anteriores. Nos han hecho parecer locos. Tenemos un déficit comercial de 60.000 millones de dólares con México”, declaraba.

Según la versión mexicana, los dos países han acordado no volver a hablar públicamente de este controversial tema. Un compromiso que no se ha recogido en el comunicado publicado por la Casa Blanca.