El anuncio de la retirada del polémico decreto que despenaliza la corrupción no calma la ola de protestas que lleva 6 días sacudiendo Rumanía.
El Gobierno prometió el sábado derogar hoy la polémica modificación penal que despenaliza los casos de corrupción si las pérdidas al Estado son menores a 44.000 euros pero muchos ciudadanos exigen la dimisión del Ejecutivo.
“Estamos a medio camino pero cada vez más cerca de la victoria”, decía el escritor Florin Iaru.
Los manifestantes aseguran que aunque el Gobierno dé marcha atrás, el daño es irreparable.
“Espero que retiren el decreto y también que se vayan del Gobierno porque no confiamos más en estas personas. No confiamos ni en el primer ministro ni en su Gobierno. Creemos que la manera en la que han actuado es intolerable”, denunciaba una manifestante.
El criticado decreto ha provocado las mayores manifestaciones en el país desde la caída del comunismo.
El primer ministro rumano, el socialdemócrata Sorin Grindeanu, que lleva apenas un mes en el cargo, ha anunciado que se redactará un nuevo proyecto de ley que esta vez sí será sometido al Parlamento.