Ha retirado el polémico decreto ley que despenabilizaba algunos casos de corrupción, pero el Gobierno de Bucarest no dimitirá. La prensa rumana anticipaba esta mañana que el ministro de Justicia podría, él sí, sacrificarse renunciando a su cartera ya que a fin de cuentas es el responsable del texto del decreto al origen de la ola de protestas más importante en el país balcánico desde el final del comunismo en 1989.
Laura Stefan, analista anit-corrupción explica que “hay muchos intentos en muchos países de tratar de excluir de la responsabilidad penal a altos funcionarios, principalmente políticos, tenemos por ejemplo el caso de Berlusconi en Italia, que intentó, con todos los medios legales a su disposición introducir la inmunidad para casos como el suyo… por lo tanto, los políticos están haciendo trampas en todas partes, o más o menos en todas partes – porque también hay países donde este tipo de comportamientos es simplemente inaceptable, como los países nórdicos. Pero hay otros países donde esto ocurre y creo que es una lucha constante entre los que quieren que se sancione la corrupción y los que quieren deshacerse de las acusaciones de corrupción “.
En la noche del domingo al lunes, unas 300.000 se manifestaron en Bucarest y otras 200.000 en decenas de otras ciudades del país, para expresar su malestar con el Gobierno, pidiendo su dimisión.