Holanda ha puesto el freno a la extrema derecha en Europa. Las urnas han dado como ganador al actual primer ministro, el liberal de derechas Mark Rutte, y revelan que Geert Wilders, el candidato racista y antieuropeísta que llegó a liderar las encuestas, no ha tenido tanto apoyo como estimaban los sondeos. Rutte ha quedado en primer lugar con 33 escaños, pero lejos de los 76 que se necesitan para formar gobierno. Por lo que habrá coalición tal y como ocurre en Holanda desde hace décadas. El partido de Wilders ha conseguido 20 escaños, un resultado similar a los democristianos y los liberales de izquierda, pero no alcanza los 24 que obtuvo en 2010 y no dobla resultados como preveían algunos sondeos.