Moscú (Rusia), 21 mar (EFE).- (Imagen: Ignacio Ortega) El laureado director de cine ruso Nikita Mijalkov se confiesa monárquico pero reconoce que en la Rusia actual, cien años después de la Revolución que acabó con los zares, "sería ingenuo" pensar en la restauración de la monarquía.
"Yo, de forma general, soy en principio monárquico...pero la monarquía no se designa, es un proceso que debe surgir de forma natural", dijo a Efe Mijalkov, acerca de un tema de debate que si bien es recurrente en Rusia se ha reactivado recientemente.
En opinión del famoso realizador, ganador del Oscar a la mejor película extranjera en 1994 por "Quemados por el sol", la monarquía es un sistema que conviene a Rusia.
"Para la mentalidad rusa, la monarquía es un sistema de poder en el que el soberano responde por el futuro del país ante los hijos y no ante los partidos o ante la Duma. Y esto es otro tipo de responsabilidad", afirmó, en línea con esa disquisición que, desde posiciones nacionalistas, aboga en Rusia por la monarquía como contrapunto a los excesos de la democracia occidental.
No obstante, "sería ingenuo pensar que podría surgir ahora la monarquía, sería algo artificial que suscitaría una sonrisa burlona o ironía", reconoció, después de presentar anoche en el Teatro Malii de Moscú el preestreno de "Metamorfosis", una novedosa obra interpretada por actores de la Academia de arte cinematográfico y teatral que él dirige.
Acérrimo partidario del presidente ruso, Vladímir Putin, en igual medida que detractor de los anteriores dirigentes, Borís Yeltsin y Mijail Gorbachov, el veterano cineasta no está de acuerdo en que Rusia viva momentos difíciles en la arena internacional por la crisis de Ucrania, la anexión de Crimea y las subsiguientes sanciones.
"Creo que Rusia vive momentos muy buenos, especialmente en el plano internacional. Rusia ha dejado de estar pendiente de lo que se dice de ella, de lo que dice Occidente. Entiende que tiene que pensar en su propio futuro, entiende que nadie va a alimentarnos, que tenemos millones de hectáreas de tierras... que hay que trabajar", dice a los periodistas.
Y considera que "es una actitud valiente y legítima...que Rusia se mantenga tranquila, sin histerismos, defendiendo sus posiciones en el terreno diplomático".
Al presidente de la Unión de Cineastas de Rusia y del Fondo de Cultura de Rusia, un organismo público, le asusta que en el centenario de las revoluciones rusas de febrero y octubre de 1917 "se ve que la juventud no entiende en absoluto el significado de lo que pasó en la revolución".
Opina que hoy, igual que hace años, "los métodos y forma de organizar una revolución no cambian. Lo único que cambia es la velocidad", gracias a la facilidad de internet y los medios de comunicación para influir y dirigir a la gente, especialmente a los más jóvenes.
"Me preocupa que el Estado no trate de explicar, sobre todo a los jóvenes, a qué puede llevar esto. Una revolución en Rusia afectarí