Su despligue fue acordado por Seúl y Washington el pasado mes de julio tras un número récord de ensayos balísticos por parte de Pyongyang. Su entrada en fase operativa fue confirmada por un portavoz del ministerio de Defensa surcoreano.

“Puedo confirmar que el escudo antimisiles ya se encuentra operativo para responder, si es necesario, a las amenazas nucleares y con misiles de Corea del Norte”, afirmó Moon Sang Gyun.

La instalación del escudo antimisiles se ha llevado a cabo a pesar de las protestas y enfrentamientos con la policía de los habitantes de la localidad de Seongju que se dicen muy preocupados por las consecuencias no solo en sus tierras sino también en su salud.

Mientras, dos bombarderos B1 estadounidenses han participado en unas maniobras conjuntas con Corea del Sur y Japón en torno a la península coreana. Una nueva muestra de fuerza de Washington, aseguran los analistas, ante el desafío nuclear de Pyogyang.