La llamada ‘trama rusa’ que desde hace meses sacude a la administración Trump parece estar muy lejos de disiparse. Según informa el Wall Street Journal, Robert Mueller, Fiscal especial del caso, ha nombrado un gran jurado encargado de investigar la presunta connivencia entre el equipo de Trump y Rusia rusa en la injerencia de este país en las elecciones presidenciales. La formación de este jurado amplia notablemente los poderes de los fiscales, que pueden ahora requerir documentos, tomar juramento a testigos e incluso imputarlos si bien indicios de delito.

“Si yo estuviera en la Casa Blanca, me preocuparía de que la investigación haya subido o parezca haber subido otro peldaño”, explica el profesor David Levine, experto en derecho. “Porque probablemente a corto plazo, personas que están actualmente en la administración o ex miembros de la administración o ex miembros de la campaña electoral recibirán citaciones para testificar y proporcionar documentos”.

La formación de este gran jurado eleva la intensidad de una investigación que trata de probar lo que el FBI ya da por probado y la Casa Blanca tilda de rotundamente falso. Este mismo jueves Trump volvía a catalogar “toda esta historia de Rusia” como “invención total”. “Es tan solo una excusa para los mayores perdedores de la historia de la política americana, eso es todo”.

Los expertos garantizan que el trabajo de Muller y su equipo, que desde la presidencia catalogan como una caza de brujas, hará que el caso se prolongue varios meses más.