La Gran Sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha dado este martes su amparo a un trabajador cuyo empleador espió sus mensajes privados en su cuenta profesional de correo electrónico, y rectificó así la sentencia del año pasado, que había dado la razón al Estado rumano y a la empresa.
El fallo concluye, por 11 votos contra 6, que las autoridades rumanas "no han alcanzado un justo equilibrio entre los intereses en juego" y "no han protegido correctamente" el derecho del demandante al respeto de su vida privada y su correspondencia.