Durante su primera visita oficial a Colombia, el papa Francisco tocó el corazón de millones de católicos del país que salieron a las calles en su encuentro para recibir su mensaje de paz y bondad.
Con su humildad característica, el sumo pontífice unió a miles de personas de distintas religiones y creencias, en un país en el que la violencia y la inseguridad empañan las alegrías del pueblo.