La población pobre y de origen indígena ha sido la más afectada por el sismo de 8.2 grados que sacudió a México el pasado 7 de septiembre. Familias enteras perdieron sus viviendas por lo que han debido pasar las noches a la intemperie y ante la falta de ayuda gubernamental, la cual llega a cuenta gotas y sin plan de distribución adecuado, provocando la desesperación de los pobladores. Ante esta situación, los vecinos no han tenido otra opción que organizarse para intentar subsistir, hacer rendir los pocos víveres con que cuentan y cuidarse mutuamente. teleSUR