El secretario general de la ONU denuncia el drama de los rohinyás.
Desde la tribuna de la organización internacional, António Guterres, ha llamado a las autoridades birmanas a detener las operaciones militares, a permitir la entrada de ayuda humanitaria y a facilitar un retorno seguro para los refugiados que han huido a la vecina Bangladesh: “Parece haber un muy preocupante patrón en la violencia y el consiguiente gran movimiento de un grupo étnico de sus casas. Es imperativo que las agencias de la ONU y otras ongs tengan acceso inmediato a las comunidades afectadas. La situación se ha convertido en una de las emergencias de refugiados que más rápido se han agravado, una pesadilla humanitaria y de derechos humanos”.
En la misma reunión, Estados Unidos ha acusado a Birmania de limpieza étnica, mientras que Rusia y China abogan por no tomar, por ahora, medidas contra el país. Las discusiones en la ONU coinciden con el enésimo drama durante el éxodo de miembros de la minoría rohinyá hacia Bangladesh; otra embarcación con 15 personas ha naufragado antes de llegar a la costa.
Bote con #rohinyás se vuelca en #Bangladés y deja 14 muertos. https://t.co/0zl9B8ai9n pic.twitter.com/Qahebxh7g2— ANADOLU AGENCY (SP) (@AgenciaAnadolu) 29 septembre 2017
El COMEXI nos presenta esta información sobre la crisis #humanitaria en Myanmar a raíz de la persecución del grupo étnico musulmán Rohinyás pic.twitter.com/HLw2kMAdE7— Jorge O. Armijo (jorgeoarmijo) 29 septembre 2017