El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha declarado “emergencia sanitaria pública” la adicción a los opiáceos. Contrariamente a lo dicho en agosto, la Casa Blanca no ha elevado esta epidemia a “emergencia nacional”, lo que hubiera desbloqueado fondos federales suplementarios, sin embargo está previsto pedir al Congreso aumentar el presupuesto consagrado a esta crisis

“Es una emergencia nacional y creo que debería ser tratada como una emergencia nacional. El hecho de que se haya declarado una emergencia de salud, debe ser considerado como un gran paso, un buen paso gradual, pero necesitamos más liderazgo por parte de Washington”, ha declarado Rob Brandt, responsable del Opioid Recovery Center, que perdió a su hijo por el abuso de opiáceos en 2011.

Unos dos millones de estadounidenses son dependientes a los opiáceos, lo que engloba tanto medicamentos analgésicos recetados por médicos, como la heroína, muchas veces mezclada con sustancias de síntesis.

“Impulsaré con fuerza el concepto de analgésicos no adictivos. Donamos miles de millones de dólares al año y gastaremos mucho dinero en encontrar una solución no adictiva”, ha afirmado el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

WORKING TOGETHER, we will defeat this #OpioidEpidemic & free our nation from the terrible affliction of drug abuse. https://t.co/iAZjqGMwav pic.twitter.com/mZI5uQN4oZ— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 27 de octubre de 2017


Unas 64.000 personas fallecieron en Estados Unidos, el año pasado, por sobredosis de opiáceos, incluida la heroína, lo que se traduce en 175 muertes al día, según datos de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC).