Madrid, 27 ene (EFE).- Felipe VI llega el martes a los 50 años después de consolidar un reinado propio guiado por su compromiso de ejemplaridad y transparencia, sobre la base de dos décadas de intenso rodaje como Príncipe, y cuando el desafío independentista catalán se reafirma como el principal reto del jefe del Estado.
El mensaje televisado sin precedentes con que se dirigió a los españoles dos días después del referéndum ilegal del 1 de octubre culminó uno de los momentos más delicados de estos primeros años, en los que también afrontó al objetivo de solventar un inédito bloqueo político de diez meses y asumió una decisión personalmente tan dolorosa como la retirada del ducado a su hermana Cristina.
Desde su histórica intervención del 19 de junio de 2014 en el Congreso, cuando ofreció a los españoles "una Monarquía renovada para un tiempo nuevo", se han sucedido las audiencias, los viajes nacionales e internacionales y múltiples actividades oficiales a las que ha imprimido su estilo y en las que ha demostrado por qué su padre le presentaba como el Príncipe de Asturias "mejor preparado de la Historia".
Nacido en Madrid año y medio antes de que don Juan Carlos fuera designado sucesor del jefe del Estado, Felipe de Borbón y Grecia recibió en 1977 el título que le acreditaba como Heredero de la Corona y pronunció con trece años su primer discurso en la entrega de los Premios Príncipe de Asturias, la célebre ceremonia que preside en Oviedo cada octubre y en la que algún día cederá el protagonismo a su hija Leonor.
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