Bruselas (Bélgica), 8 feb (EFE).- El juicio en Bélgica contra Salah Abdeslam, único superviviente de los terroristas que atacaron París en noviembre de 2015 y ahora procesado por un tiroteo con la policía en Bruselas en marzo de 2016, continuó hoy con la marcada ausencia del presunto yihadista, quien ha decidido no asistir más al tribunal.
Será el abogado Sven Mary el que tome la palabra en la defensa de Abdeslam, de 28 años, ante el Tribunal Correccional de Bruselas en esta segunda jornada de sesiones, en la que el caso podría quedar visto para sentencia.
En la primera sesión, el pasado lunes, la Fiscalía solicitó 20 años de cárcel contra Abdeslam y contra su supuesto cómplice, el tunecino Sofien Ayari, de 24 años, como coautores de un intento de homicidio con carácter terrorista, al herir a tres policías con fusiles de asalto el 15 de marzo de 2016.
Los hechos que se juzgan en Bruselas, donde unos 200 uniformados vigilan el Palacio de Justicia, ocurrieron solo tres días antes de la captura de Abdeslam en la capital belga y pusieron fin a cuatro meses de cábala del criminal más buscado de Europa.
Se le considera miembro de una célula yihadista con base en Bruselas que atacó de París en noviembre de 2015 (130 muertos), el aeropuerto y el metro Bruselas en marzo de 2016 (32 muertos) y que lanzó un ataque frustrado en un tren entre Amsterdam y París en agosto de 2015, todo en nombre del Estado Islámico.
De nacionalidad francesa, origen marroquí y criado en el barrio bruselense de Molenbeek, Abdeslam es el único superviviente de los comandos que perpetraron el mayor atentado en suelo francés desde la Segunda Guerra Mundial.
Los investigadores le sitúan en uno de los vehículos que los terroristas usaron aquella noche para disparar indiscriminadamente contra terrazas de bares y restaurantes en el centro de París.
Salah debía inmolarse a continuación en un lugar público, como hizo su hermano Brahim Abdeslam en un concurrido café, pero su cinturón explosivo falló y escapó a Bruselas, donde la policía tardó cuatro meses en encontrarle en un piso del distrito de Forest en el que se escondía junto a Ayari y al argelino Mohamed Belkaid, de 35 años y abatido en la refriega.
Abdeslam está encarcelado al sur de París, en una celda de 9 metros cuadrados con videovigilancia permanente de la prisión francesa de Fleury-Mérogis, y su traslado a Bruselas para el primero de los varios juicios que le esperan ha estado rodeado de expectación y de medidas de seguridad excepcionales.
El lunes compareció personalmente ante el tribunal, donde se presentó con media melena y barba, una apariencia muy distinta la de pelo recortado y engominado que se le conocía.
"Mi silencio no me hace culpable ni criminal, es mi defensa", dijo el acusado, quien agregó que no contestaría a las preguntas del tribunal y se encomendó a Alá.
Al día siguiente, el tribunal anunció que Abdeslam había decidido no asistir más al juicio.
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