Dilucidar si una obra es o no original, si el autor al que se le atribuye es realmente quien dice ser la firma o la certificación que acompaña el cuadro o la pieza artística no es una tarea fácil ni simple. Por detrás de este análisis debe existir un equipo multidisciplinar de profesionales que investigan y evalúan la real autoría de la obra. Comandados por un perito en arte, debe asistirle un historiador encargado de dar los detalles sobre la trayectoria artística del autor en análisis, un restaurador o conservador, un calígrafo de firma artística y un químico para analizar los pigmentos utilizados en la realización de la pintura, si es el caso.
Gustavo Perino, argentino, perito de arte y fundador de la empresa Givoa (Grupo Interdisciplinario de Evaluación de Obras de Arte) aterrizó en Río de Janeiro hace tan solo un año. Entre sus méritos, ya ha conseguido organizar el primer Congreso Internacional de Peritaje de Arte en América Latina que este año cumplirá su segunda edición, así como poner en marcha el primer pos-graduado en esta disciplina en Brasil, en la Universidad Santa Ursula, de Río de Janeiro, ya que el país no cuenta con especialización académica universitaria en el ámbito del peritaje artístico.
Según Perino, en el mercado de arte existe un 45% de obras falsas y asegura que la el tráfico o contrabando de arte es el tercer delito con mayor facturación en el mundo por detrás tan solo del tráfico de armas y la prostitución.
La existencia de un número tan elevado de obras de arte falsas se debe, según Perino, a que actualmente no existe la obligación de que la certificación de autoría de una obra vaya acompañada del análisis e investigación realizada por un perito de arte y su equipo. Los intereses de venta del mercado y la poca transparencia aún de la adquisición de obras lleva en ocasiones a que el comprador pague miles de dólares por una pieza que no es original.