Muerte por inhalacion de propano: Autopsia forense

RAUL ESPERT 2018-04-30

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El fallecimiento por intoxicación de monóxido de carbono (CO) se conoce popularmente como la muerte dulce, por ser muy rápida y por no producir angustia. El sujeto, a medida que va inhalando el gas, siente una especie de borrachera o sopor hasta que pierde la consciencia, por lo que en ningún momento tiene sensación de que va a morir. Seguir algunos consejos a la hora de utilizar las instalaciones de gas y de reaccionar en caso de fuga son vitales para evitar males mayores. El CO es muy peligroso porque se trata de un gas que sólo se puede detectar por medio de sensores, puesto que es incoloro, inodoro e insípido, y puede causar la muerte cuando se respira en niveles elevados. En la mayoría de los casos las víctimas no se percatan de lo que está ocurriendo, y en el supuesto de que se den, la inhalación les provoca una parálisis en las piernas que les impide salir corriendo para buscar ayuda. El CO se produce en la combustión de materiales como butano, propano, gasolina, queroseno, carbón, petróleo o madera. La causa más común de este tipo de intoxicaciones es una deficiente combustión de chimeneas, calderas, calentadores de agua y los aparatos domésticos como estufas u hornillos. Asimismo, los automóviles, como cualquier máquina que lleve un motor de combustión, también produce CO a través de su tubo de escape. Si para un adulto es casi completamente imposible detectar que se está envenenando, para un niño es aún más peligroso, por eso la Asociación Española de Pediatría ha alertado en varias ocasiones sobre el incremento de casos de intoxicación por monóxido de carbono que se produce, en coincidencia con los meses más fríos, en los Servicios de Urgencias de Pediatría.

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