Claudia Valladares es una ingeniera venezolana con postgrado en finanzas en la principal escuela de negocios de Venezuela como es el IESA y un MBA e Universidad de Chicago. Su curriculum vitae la califica para encabezar la lista de profesionales que conforman lo que llaman la diáspora, pero ella optó por regresar al país en 2006, cuando muchos comenzaron a tomar la decisión de irse tras la
reelección del presidente Hugo Chávez y desde entonces se ha vinculado a proyectos sociales, de banca comunitaria y emprendimientos.
Formó parte de los proyectos de microfinanzas con Banesco y es cofundadora y directora del Impact Hub Caracas, que se ha convertido en la plataforma y el lugar donde convergen decenas de jóvenes en edad y principalmente en actitudud
–porque también los hay con más de 60 años- que tienen algún proyecto de emprendimiento de negocio o con repercusión social.
Ella se define como una apasionada por construir un mundo mejor, es optimista con respecto a Venezuela, pero reconoce que “hay que tener estómago para aguantar el
riesgo” para quedarse en el país sobre todo cuando la vida cotidiana se enfrenta a los avatares o vicisitudes políticas, económicas y sociales.
“Venezuela es un súper laboratorio de emprendimientos para probar muchos proyectos, muchas cosas, porque más allá de que sea un laboratorio desde el punto
de vista político, también lo es en innovación porque se pueden hacer prototipos a precios más económicos, se pueden probar, hacer cosas o tener equipos a menor
costo”, comentó.
Forma parte de la Asociación de Impact Hub, que agrupa a 102 ciudades y por eso no deja de sorprender que aún cuando Venezuela afronta su peor crisis económica,
su sede en Caracas fue reconocida entre los 10 Centro de Excelencia. “Nadie entiendo cómo podemos operar”, comenta jocosamente, pero al mismo tiempo señala que la experiencia venezolana está sirviendo para promover Impact Hub en ciudades africanas.