Madrid, 3 oct (EFE).- El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha revisado una décima a la baja su previsión de crecimiento de la economía española para este año, para dejarla en el 2,7 %, debido al empeoramiento del entorno exterior y al debilitamiento de la demanda interna.
En la declaración final de la misión para la revisión anual de la economía española, el FMI adelanta la actualización de previsiones que se presentarán la semana que viene, que incluyen el mantenimiento del pronóstico de crecimiento español en el 2,2 % para 2019, y recuerda que ambas cifras sitúan a España por encima de la media de la eurozona.
El fondo explica que la decisión de revisar a la baja su previsión para este año refleja "un entorno externo menos propicio" y un "debilitamiento de la demanda interna", dos factores que además propiciarán que para después de 2019 la economía tienda a seguir ralentizándose hasta rondar el 1,75 %, la tasa potencial del PIB.
Según el FMI, los retos estructurales más importantes a los que hace frente la economía española son una deuda pública "notablemente elevada", un alto desempleo estructural y un lento aumento de la productividad.
A ello se suman riesgos externos como posibles "cambios repentinos en el apetito de los inversores por el riesgo", una escalada del proteccionismo a nivel global y el debilitamiento de las condiciones de las economías emergentes, así como internos, entre ellos "presiones para derogar las reformas" y la continuación de una política fiscal procíclica.
Ante esta coyuntura, el FMI considera esencial "preservar el espíritu de las reformas del mercado de trabajo", favoreciendo un crecimiento más social e inclusivo y que propicie que los más jóvenes se integran mejor al mundo laboral.
Otra medida necesaria a su juicio es "relanzar" el ajuste fiscal estructural, "reconstruyendo" los colchones fiscales que se agotaron durante la crisis y reduciendo la deuda con rapidez, ahora que la economía española "todavía" está fuerte, para así proteger mejor a la población frente a las grandes oscilaciones del empleo que puedan llegar en momentos más delicados.
El FMI apunta que la disminución del déficit en los tres últimos años se ha logrado sólo a través del crecimiento económico, de forma que el saldo estructural (el saldo fiscal tras descontar el efecto del ciclo económico) se ha deteriorado hasta alcanzar un 2,5 % del PIB y se prevé que en 2018 se añadan dos décimas.
TOTALES ANDREA SCHAECHTER (con traducción)