Cientos de personas acuden para adornar con tapetes de aserrín, flores de cempasúchil, terciopelo, veladoras y cirios, las mil 600 tumbas del panteón de San Andrés Mixquic. En los hogares y casas de este pueblo, la bienvenida a las ánimas comienza con una limpieza profunda. Luego vienen los guisos típicos y adornos que consisten en papel picado, un camino de pétalos "de flor de muerto" desde las calles, por los pasillos, hasta los altares y ofrendas.