Hemos tenido la ocasión de jugar a Dreams para PS4 en early access (la versión que estará disponible el próximo mes de abril, y que incluye todas las herramientas de creación). Y la verdad es que uno entiende por qué lo han bautizado así.Atravesamos las puertas del estudio de Media Molecule en Guildford, a las afueras de Londres, y nos encontramos con un estudio como ningún otro. No sólo por los 9 premios BAFTA (entre otros) que nos dan la bienvenida, sino por la alfombra de color rosa, los cuadros en las paredes, los instrumentos musicales... es un templo a la creatividad.
Dicho con todo el cariño del mundo, Media Molecule parece un estudio montado por "hippies", herederos de aquel verano el 67 en que se celebraba la diversidad, el color, las flores, la música... Y para muestra las palabras de la directora del equipo Siobhan Reddy, que nos recibió diciendo que Dreams era "un producto del amor". Puede que suene a tópico, pero en este caso, esta definición está cargada de significado. Dreams es mucho más que un conjunto de herramientas; es un campo de juegos en que cada uno de nosotros puede entretenerse creando composiciones musicales, esculturas, pinturas, personajes animados... y videojuegos, o bien, simplemente, disfrutar de lo que han hecho otros usuarios con más talento.
El juego completo tendrá un modo historia, tal y como ocurrió con Little Big Planet, pero por ahora sólo se ha anunciado la fecha de lanzamiento del modo creativo. Una versión con la que ya hemos compartido unas horas, y en la que hemos descubierto un potencial increíble.
Aunque estábamos impacientes por agarrar el Dualshock 4 (o los mandos PS Move) y dejar volar nuestra imaginación, Dreams requiere una fase de aprendizaje. Cuantas más posibilidades tiene una herramienta, más explicaciones necesita, y en este caso hablamos de un software con una capacidad increíble. Por eso, una de las partes fundamentales son los tutoriales, en que descubrimos diferentes técnicas con ejercicios sencillos y vídeos. Crear un juego con Dreams pone al alcance de nuestra mano todos los procesos en el desarrollo de software, y lo explica de un modo muy natural y entretenido.
Las áreas que conforman el juego pasan por la creación de escenarios o objetos en 3D, mediante bloques y herramientas de recorte, fusión o suavizado. Además de la animación de personajes a través de un esqueleto interno, el diseño del gameplay o la lógica (es decir, qué ocurre cuando pulsamos un interruptor, golpeamos un objeto, o pasamos sobre una plataforma) y otros elementos como la música (que nos permite introducir samples y trabajar con diferentes pistas de sonido y efectos) o las secuencias de vídeo.
Es tan completo, que nos podemos aventurar a calificarlo como la prueba perfecta para aquellos que quieran dedicarse al desarrollo de videojuegos... sin necesidad de escribir ni una línea de código.