Los observadores de la Unión Europea han dado la voz de alarma. No creen en los resultados que han arrojado las urnas en Kenia. Por un estrecho margen el presidente del país, Kibaki, sale reelegido, todo lo contrario de lo que decían los pronósticos. Las calles de Nairobi, la capital de Kenia, han amanecido entre violentos enfrentamientos que han sido duramente reprimidos. La policía ha cargado contra los opositores de Kibaki, de 76 años. Han ardido coches en algunos barrios de la capital y se teme que la oleada de violencia provoque las primeras muertes.