La muerte el pasado domingo de dos adolescentes ha convertido las calles de París en un campo de batalla. A esta hora la calma parece haber regresado a los alrededores de la capital francesa. Los violentos justifican sus acciones en la muerte de dos adolescentes que chocaron con su moto contra un vehículo policial. Por segunda noche consecutiva, la Policía francesa ha tratado de poner freno a la violenta reacción de cientos de jóvenes. Han vuelto a destrozar locales, a incendiar coches y a agredir sin miedo al centenar de agentes, que se han visto obligados, en más de una ocasión, a abandonar sus posiciones por la violenta respuesta. Los radicales utilizan como pretexto de su violencia el trágico accidente de dos adolescentes.