El 1º de abril de 1939, con la entrada en Madrid de las tropas de Franco, termina la Guerra Civil Española. Temiendo la sangrienta represión que se avecinaba, muchos republicanos huyen del país pero otros no pueden o no quieren. Como las jóvenes protagonistas de esta historia. Franco promete que solamente serán castigados los que tengan las manos manchadas de sangre. Y ninguna de esas chicas las tiene. Las detuvieron al mes de acabar la guerra. Algunas se conocían entre sí pero otras no. Sufrieron duros interrogatorios policiales y finalmente fueron trasladadas a la cárcel de Ventas donde había miles de mujeres hacinadas.