El president de la Generalitat, Quim Torra, no da un paso atrás. Los lazos amarillos siguen en la fachada del Palau de la Generalitat, al igual que en el resto de los edificios públicos, pese a la advertencia del Defensor del Pueblo catalán para que se retiren. La Junta Electoral Central estudia trasladar los hechos a la Fiscalía para que evalúe si ha incurrido en un delito de desobediencia.