Más de 100 países firmaron ayer en Oslo, capital de Noruega, el Tratado Internacional para la prohibición de las bombas de racimo. El punto negro lo han puesto países Estados Unidos, China o Rusia, productores de este tipo de bombas y ausentes en este encuentro. El documento insta a quienes miran hacia otro lado a sumarse a esta iniciativa que defiende la seguridad, sobre todo, de la población civil.