El fuerte viento ha puesto las cosas fáciles al fuego que a, 100 kilómetros por hora, va más rápido que los efectivos que luchan contra él por tierra y por aire. Los últimos datos hablan de 7.300 hectáreas calcinadas. Los condados de Los Ángeles y de Ventura continúan en estado de emergencia. Allí, el fuego ha dejado sin casa a varias decenas de familias. Otras 3.000 viviendas podrían correr la misma suerte.Muchos temen perder sus propiedades y con la crisis económica de fondo, las autoridades han tenido que aclarar que para el fuego no hay recortes de presupuesto. Porque lo que más preocupa en este momento son las víctimas. Dos personas han muerto y miles de residentes han tenido que abandonar sus casas porque el aire en algunas zonas se ha vuelto irrespirable.