Las playas de Barcelona se han vuelto un poco más seguras con la instalación de taquillas para guardar los objetos personales. Este servicio quiere evitar los disgustos y situaciones desagradables que conlleva un hurto. Por tres euros, los usuarios pueden utilizar las taquillas durante todo el día. La llave de la taquilla va unida a una pulsera con la que el bañista puede entrar al agua.