A partir de hoy, el paisaje urbano de media Italia contará con una imagen poco común, la presencia de más de 3.000 soldados del Ejército italiano que ayudarán a la Policía en su labor contra la delincuencia. La medida es un paso más en la promesa de Berlusconi de hacer las calles más seguras. En el punto de mira, ellos, los inmigrantes ilegales, que según 'IL Cavaliere' son el principal motor de los delitos. A pie de calle, la gente asimila la medida y por el momento no esgrimen ninguna pega. Roma, Milán, Turín y Palermo, estaciones de metro, autobús y puntos calientes de delincuencia. La Policía italiana cuenta ahora con el brazo armado del país para no quitarles ojo y mantener el control. Un férreo proyecto que ya ha recibido las primeras críticas del Vaticano, grupos de derechos humanos y de organismos europeos, tienen miedo de que fomente la xenofobia.