Decenas de corresponsales que cubren la Casa Blanca asistieron anoche a la cena que ofrecía George Bush. El presidente estuvo especialmente bromista, y lanzó varios menajes a los candidatos demócratas. A Hillary Clinton le dijo que no había podido entrar a la cena porque había "fuego de francotiradores", y a Obama que no había asistido al evento porque estaba "en la iglesia". Con esos comentarios apuntó hacia dos de los asuntos más espinosos durante los últimos meses en las campañas de los aspirantes a la candidatura presidencial demócrata. En el caso de Hillary, la controversia gira en torno al distorsionado relato de su viaje a Bosnia en 1996, durante el que, según dijo, había aterrizado en medio del fuego de francotiradores. Las imágenes de archivo revelaron que su llegada había transcurrido en medio de la más absoluta normalidad. Obama, por su parte, se ha visto en serios aprietos por la incendiaria retórica de su ex reverendo, Jeremiah Wright. Los invitados que se quedaron hasta el final pudieron ver a Bush dirigiendo la orquesta de los marines, en un espectáculo al puro estilo americano.