Ayer se celebró en el municipio de Aranga un pleno cuyo orden del día era la recalificación de 3 millones de metros cuadrados de suelo calificado como rústico para la construcción de un polígono industrial y 740 viviendas.
El alcalde de Aranda, el popular Manuel Brañas tuvo que solicitar la ayuda de la Guardia Civil para poder salir airoso del ayuntamiento ante el enfado de los vecinos de Aranga. En cuanto terminó su intervención el alcalde levantó la sesión y, en ese momento, los vecinos comenzaron a gritarle e insultarle.