Zapatero y el Nuncio del Vaticano hablaron anoche en su reunión de "lo divino y de lo humano", según informó el Gobierno. Los dos cenaron en la nunciatura apostólica.
No hubo caldito, como anunció el presidente, pero sí lomos de merluza estofado y vinos de la Ribera del Duero, Albariño y champagne. Ambas quisieron dar un perfil discreto al encuentro, que duro tres horas. Pero parece que hay voluntad de entendimiento.
Sobre la mesa estuvo la polémica nota de los obispos dirigiendo el voto de sus fieles y la política social del Gobierno.