La construcción sigue siendo el mayor lastre para el despegue de nuestra economía. Cae a un ritmo superior al 25 por ciento. El frenazo en el mercado inmobiliario, entre otros factores, ha hecho que la morosidad se reduzca en septiembre respecto a agosto. Lo ha hecho en una décima, hasta el 4,85 por ciento. Pero no se pueden echar las campanas al vuelo porque la morosidad es la más alta en trece años. Golpea, sobre todo, a las cajas que han visto caer su beneficio un 34 por ciento.