La actual crisis económica no escapa a las empresas de entretenimiento y juegos de azar que han visto cómo su recaudación disminuía. Bingos, casinos y, sobre todo, máquinas recreativas han bajado sus ingresos en un 20% en el primer semestre de 2009. La mitad de lo percibido por las llamadas 'tragaperras' es para el propietario del bar que la instala, que debe pagar un canon a la comunidad autónoma.Con la crisis, la máquinas recreativas comienzan a no ser rentables, y muchos bares que subsistían gracias a las monedas de sus tragaperras ven en peligro su continuidad.