Tras los atentados de ayer perpetrados en Mallorca continúa la vida normal hoy en la isla. En el centro comercial de la Plaza Mayor de Palma se veía la actividad de un lunes cualquiera. "Yo he tenido más gente que los otros días, simplemente por la curiosidad he vendido más esta mañana", aseguraba el comerciante. Curiosidad por ver los efectos del artefacto que estalló ayer, que han sido pocos. Los dos restaurantes del paseo marítimo que en los que estallaron otras dos pequeñas bombas están cerrados pero los desperfectos son pequeños y el dueño de Enco piensa abrir mañana. Los artefactos de ETA no parecen haber impresionado mucho ni a turistas ni a mallorquines y en eso insiste el Gobierno, en que a pesar de ETA el turismo en España no deja de aumentar.