Para los piratas somalíes, Jauja está en el mar, concretamente en las aguas del golfo de Adén, donde perpetran con facilidad sus fechorías. Ayer recibieron casi un millón y medio de euros en concepto de rescate de un carguero británico con 24 tripulantes. Otras 20 embarcaciones, con casi 300 ocupantes, siguen secuestradas en la zona. Y capturarlos no significa siempre el fin de sus acciones. Hace una semana,  una fragata portuguesa liberó a un grupo de piratas a los que había detenido unos minutos antes. España afronta una situación parecida. Tras la detención esta semana de 14 piratas, se ha rectificado las intenciones iniciales de trarerlos y juzgarlos aquí, para entregarlos a Kenia en virtud de un acuerdo de la Unión Europea con ese país. Este cambio de criterio, y sus consiguientes complejidades jurídicas, en que se han visto involucrados Defensa, Exteriores, el juez de la Audiencia Nacional y la Fiscalía puede dejar a los piratas en libertad. Desde el ministerio de Defensa, que se apuntó el tanto de la operación, confían en que se aplique el acuerdo con Kenia y puedan finalmente llevar a los piratas para juzgarlos allí.