El Museo Marítimo de Barcelona recrea en una exposición la tumba de Tutankamon. Tras siete años de intensas excavaciones, el arqueólogo Howard Carter descubrió en 1922, la tumba de Tutankamon. Y esto es lo primero que vieron sus ojos: Una antecámara con objetos amontonados. Pero ya percibió algunos tesoros como un pequeño trono de ébano de cuando era niño, o el fastuoso trono de Oro donde se sentaba ya como faraón. Otros objetos como este carro desmontado eran testigo del paso de unos saqueadores.Por suerte esos vándalos no pudieron acceder a la cámara más importante, flanqueada por estos dos guardianes, la de la tumba del faraón. Carter tuvo que abrir hasta cuatro estancias para encontrarse con el sarcófago de piedra que contenía otros tres ataúdes. Dos estaban recubiertos de pintura dorada y solo el último el que contenía la momia de Tutankhamon era de oro.En la tercera estancia, la del tesoro, se encontró con un baldaquino dorado que guardaba un cofre con un secreto todavía mayor. En este recorrido también se pueden ver joyas, amuletos y objetos personales de uno de los faraones más famosos del antiguo Egipto.