Las primeras horas de convivencia han sido tranquilas en La Arboleda. La familia gitana realojada allí ha pasado su primera noche sin incidentes. Los vecinos han decidido darles una oportunidad. Tuvieron que tirar la puerta de su propia casa, pero al final pudieron entrar. La familia repudiada se instaló ayer en la vivienda de protección social que le asignó el Gobierno vasco a finales de 2008. Tras más de seis meses de conflicto, y cuarenta días después de su primer intento de realojo, el matrimonio pasaron las primeras horas en su nuevo hogar. Durante la noche no han estado solos. Les han acompañado representantes del Consejo de asociaciones gitanas del País vasco, colectivo que asiste a la familia.