Este sábado, cientos de trabajadores de rescate y efectivos militares se han desplazado a la provincia indonesa de Banten, a las afueras de Yakarta, la capital del país, para afrontar la crisis humana que ha dejado tras de sí la ruptura de una presa, que al reventar ha provocado graves inundaciones en la zona. La cifra de muertos se ha elevado ya a 77. La rotura de la presa ahogó a la mayoría de las víctimas, muchas de las cuales se encontraban dormidas cuando se produjo el suceso, que ha dejado bajo el agua unas 700 viviendas. Los servicios de emergencia apuntan a las lluvias torrenciales como causa más probable. Durante la estación de lluvias son habituales los corrimientos de tierra y las inundaciones, pero las fuertes precipitaciones, unidas al mal estado de la estructura de la presa, pudieron provocar la tragedia. La Cruz Roja ha asegurado que la mayoría de cuerpos encontrados han sido identificados y recogidos por sus familias, lo que hace descartar la necesidad de un entierro masivo.