Los más rezagados han aprovechado hoy para escribir su carta; aunque había muchos que ya la traían escrita desde casa. Eso sí, tanto los que lloran al sentarse en las rodillas de los carteros reales como los que sonríen tienen muy claro lo que quieren. Móviles, la Play Station... Muchos otros también se acuerdan de los niños pobres y piden comida para ellos. La palabra crisis también resuena en sus oídos, y quieren ayudar. Incluso en Oriente se ha oído hablar de ella. Desgraciadamente eso no lo hay en las tiendas, que a medida que se va acercando el día ven cómo se agotan las existencias.