El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, tiene debilidad por los puros habanos. Todos los lunes sigue un ritual: cuando entra al pleno, deja uno de sus puros semioculto en una repisa de la cámara... y cuando sale, alguien se lo ha aplastado y no precisamente por error. Ese alguien no es otro que Ignacio Diego, el presidente del PP en Cantabria. Así las cosas, Revilla ha convertido al cigarro en toda una causa política. El presidente cántabro ha asegurado que todo es fruto de la inquina personal del PP contra él; mientras que el 'popular' asegura que lo hizo por higiene y respeto. Además del Racing y el buen comer, a partir de ahora también se podrá relacionar a Revilla con los famosos habanos.