Los Mossos d'Escuadra llevaban cuatro meses investigando un chalé de Begues, en Barcelona. Sabían que dentro había algo sospechoso pero nunca llegaron a pensar que al entrar encontrarían un macro criadero de marihuana. No era algo improvisado. Los tubos, la instalación y el cableado demostraron que la vivienda estaba acondicionada exclusivamente para el cultivo de la droga.